Para continuar con lo que empecé, aquí está la segunda parte de la lista de consejos para ser más feliz, disfrutar más intensamente de las cosas del día a día y, en definitiva, contribuir uno mismo a que la propia vida valga (más) la pena ser vivida.
Si has leído la primera parte de esta lista y mis otros posts anteriores a éste, quizás recuerdes estas dos cosas:
- En cada punto o consejo, me gusta explicar alguna anécdota personal como ejemplo, porque opino que la teoría sin la práctica no sirve de nada. Además, aunque seguramente a muchos no os interesarán demasiado según qué cosas sobre mi vida, ya que estoy me desahogo, ¿no? Escribir es casi como ir al psicólogo, pero gratis 😉
- Este último año me lo he pasado prácticamente entero «viviendo en mi cama»; obviamente no por voluntad propia, sino porque he tenido que hacer reposo a la fuerza. Para resumir la explicación, simplemente os deseo que no conozcáis nunca en persona a una úlcera por presión (y menos aún bajo la nalga, donde la tenía yo, porque impide poder sentarse)… ¡En este caso sí que es mejor saber la teoría sin conocer la práctica! Quizás más adelante escriba un post sobre las UPP explicando un poco mejor lo que son, qué provoca situaciones como ésta y qué consecuencias acarrea, pero ahora sería una explicación demasiado larga que no viene al caso.
¿Y por qué te estoy hablando de esto ahora? Pues porque he aprovechado esta situación personal en concreto para poner ejemplos en cada uno de los puntos siguientes (cada punto, un consejo).
La famosa Ley de Murphy se podría resumir en un enunciado parecido a «Si algo puede salir mal, saldrá mal»; también es conocida mediante el siguiente ejemplo: si una tostada con mantequilla o mermelada se cae, siempre lo hará con la parte untada hacia abajo, manchando el suelo (o ya que estamos pesimistas, manchando la alfombra más cara de la casa).
Pues bien, mis consejos de hoy y el próximo día van del momento siguiente a la «caída libre»: si la tostada ya está en el suelo, en vez de cabrearse y tirarla a la basura, mejor limpiar rápido, hacerse otra tostada con el doble de mantequilla y mermelada para celebrar nuestra mala suerte y darle la otra al perro, que seguro que se alegra un montón de que se haya caído. 🙂
4. Absolutamente todo tiene cosas positivas (en mayor o menor medida). Sólo hay que querer y saber buscarlas.
Cuando algo no se puede evitar, por muy malo que sea, se puede afrontar de dos maneras: enfadándose con el mundo o tomándoselo a risa. Y si no es posible (o uno no se ve capaz) ni siquiera de hacer broma con ello, pues por lo menos se puede intentar buscar su parte buena o, según como se mire, la menos mala. Quizás lo estoy escribiendo muy alegremente y supongo que habrá casos extremos en los que esto no pueda funcionar, ¿pero qué es mejor? ¿Intentar pensar en positivo y sacar provecho de lo que se tiene, o hundirse en la miseria lamentando lo que se ha perdido? Además, muchas de las cosas que nos pasan y nos preocupan se ven de otra manera cuando pasa el tiempo y miramos atrás.
Y ahora mi caso. Lo que me ha estado pasando este último año realmente es una putada, porque me ha parado la vida (o la mayor parte de ella) y durante mucho tiempo ni siquiera he tenido la más remota idea de hasta cuándo, así que tampoco he podido hacer muchos planes concretos, ni presentes ni futuros…
Para que te hagas una idea: durante unos 6 meses tuve que estar en cama sin poder levantarme en ningún caso (por lo tanto, también sin salir de mi habitación), luego un ingreso en el hospital durante mes y medio (intervención quirúrgica y reposo para curar la herida), 3 meses levantándome 6 horas día, 3 meses más con unas 10 horas como máximo y actualmente voy probando a sentarme más horas con mucha precaución por las posibles consecuencias.
Obviamente, esta situación ha estado afectando mucho a mi vida y a la de las personas de mi entorno. Durante todo este tiempo, a las dificultades habituales se añadieron muchas limitaciones y complicaciones extra: no poder salir de casa (ni siquiera de la cama), tener que dejar de ir a clase de un día para otro, perderme muchas cosas (salidas con amigos, cenas, fiestas, citas, conciertos…), tener dolor de espalda día sí día también, estar agobiada por no poder moverme y pasando calor constantemente, tener varias heridas nuevas como consecuencia de estar presionando otras partes del cuerpo (pies, espalda, hombros, orejas…) contra la cama, tener que hacerlo TODO en la cama («ducharme» y demás higiene, cambiarme de ropa, lavarme y secarme el pelo, etc.), perder peso y tono muscular, quedarme sin la mitad de mi pelo por el estrés, y un largo etcétera.
Como ya está muy visto lo del vaso medio lleno o medio vacío, aquí dejo un diálogo de una película que viene a decir lo mismo:
– Un día me dijo algo que nunca olvidaré: «No importa lo que quieras ser, no importa adónde vayas, pero mira siempre el donut, no el agujero.»
+ ¿Y qué significa?
– No sé, pero es típico de Roy. Supongo que significa… que si eres positivo, puedes hacer cosas increíbles en tu vida.
(Transsiberian, 2008, min 30)
Así pues, vistos algunos inconvenientes la pregunta es: ¿no hay parte buena? Bueno, hay parte “menos mala”, algunas cosas positivas que he podido extraer de una situación tan negativa. Por ejemplo:
- Al no poder salir, estos meses pasé más horas con “mi querido amigo” el ordenador. Gracias a eso, dediqué más tiempo a crear este blog y a otras cosas que tenía pendientes.
- Como me operaron en el Institut Guttmann, a pesar de no ser en las mejores circunstancias ni por una causa positiva, me hizo ilusión reencontrarme y volver a convivir con enfermer@s y otras personas que no veía desde hacía mucho tiempo.
- Desde hace años he ido aprendiendo que casi todas las desgracias y las malas épocas en general son a la vez experiencias muy valiosas para aprender y aprovechar a partir de entonces. En este caso me ha servido para, al terminar todo lo peor, valorar más las cosas y emprenderlo todo con más ganas. Cuando recuerdo todo el tiempo que he pasado encerrada en la habitación, el simple hecho de notar en la piel el sol o la lluvia, ir en coche o por la calle, estar al aire libre o con gente alrededor me siguen pareciendo un regalo.
- A pesar de no poder salir, tanto a través de internet como en persona he conocido (por primera vez o más a fondo que antes) a personas que seguramente no habría conocido de otra manera. También he hablado de nuevo con gente con la que hacía tiempo que no me comunicaba, cosa que ha servido para retomar el contacto y ha dado pie a que vengan a verme «con la excusa» de que no puedo salir.
- Ha sido un parón en todos los sentidos, que me ha hecho pensar y plantearme si estoy aprovechando al máximo mi vida, y qué puedo hacer para cambiarla. Este tiempo también me ha servido para planear las cosas que quiero hacer cuando pueda levantarme todas las horas del día.
- A pesar de que no es algo que me preocupe ni le doy mucha importancia, es inevitable ver quién se ha preocupado mínimamente de mí en estos malos momentos y quién no, algo que cuando todo va bien no se puede valorar tan claramente.
A veces, hay problemas o inconvenientes que se compensan a medias enfocándolos de otra manera. Por ejemplo, en cuanto a mi vida social esta temporada: sin poder salir no era lo mismo ni mucho menos, pero tengo la suerte de que no estuve totalmente aislada del mundo, sino que familiares y amigos iban viniendo a verme a casa. O respecto a las clases: dejé de poder ir “en vivo y en directo” y ver a mis compañeros, pero a partir de entonces las seguí -las clases- a través de Skype (y de paso me ahorraba el tiempo, el dinero y la molestia para mi familia de ir y venir de Barcelona cada vez).
Y si no, también hay otras cosas que son chorradas y evidentemente no compensan ni de lejos todo lo demás, pero si se trata de buscar «ventajas» pues ahí están. En este caso: me he hinchado a ver películas / series y leer libros que me gustan, he hecho por fin cosas pendientes de esas que nunca se hacen (configurar la tele, ordenar un armario -con ayuda, claro-…), estoy más informada porque leía mucho y me tragaba las noticias a diario (en realidad, no sé si eso es bueno o malo, porque casi siempre son malas noticias), este invierno no he pasado nada de frío, he ahorrado en gasolina y cervezas y durante este tiempo ha habido mucha menos ropa que lavar en mi casa jejeje. 😉
Nota:
Como de costumbre me he enrollado un montón, así que el resto del post (los puntos 5 y 6) quedan pendientes para otro día. ¡Saludos y a ser positivos, que hace falta alegría en el mundo! 😉
⇩ ⇩ ⇩ ⇩ ⇩ Si tienes algo que decir, no te reprimas y comenta ⇩ ⇩ ⇩ ⇩ ⇩
⇩ ⇩ ⇩ ⇩ ⇩ Y si te ha gustado, ¡compártelo en tu redes sociales! ⇩ ⇩ ⇩ ⇩ ⇩
2 comentarios sobre “6 trucos prácticos para ser un poco más feliz y dar más sentido a tu vida – parte 2”